Cuando se habla de nutrición, a menudo muchos confunden el verdadero significado de la frase “sentirse lleno”. Al menos quiénes desconocen las particularidades de ésta ciencia, confunden la saciedad con muchos otros términos que, aun siendo similares, no simbolizan ni le hace justicia al sintagma original (sentirse lleno, por si lo olvidaron).
Por eso, investigamos sobre la verdad que se oculta tras ésta problemática relacionada con la alimentación y los límites.
Los alimentos son la base
Cierta clase de alimentos contribuye más que otros a provocar en el organismo humano la sensación que conocemos como saciedad. Naturalmente, no todos los alimentos poseen el mismo valor para generar ese impacto, independientemente del volumen y consistencia: existen muchas otras cosas en juego.
Generalmente, las tablas de calorías, no reflejan exactamente dicha capacidad, por lo que es conveniente recurrir a otros estudios más exhaustivos sobre el efecto de los alimentos en la sensación de estar lleno” dice un profesional, graduado en ciencias de la nutrición.
¿Qué es la saciedad?
En términos básicos se conoce como saciedad a la percepción que tiene el cuerpo humano para no tener necesidad inmediata de ingerir a alimentos. En verdad no se trata más que de una simple contestación homeostática del organismo o, en cuyo caso, un proceso activo que necesita de un compromiso neuronal complejo.
Según la opinión de algunos especialistas en nutrición: “está comprobado, por ejemplo, que las frutas y verduras llenan mucho y, en cambio, los productos de bollería, como los pasteles son alternativas que no sacia para nada.
De igual modo, también generan la sensación de sentirse lleno las opciones ricas en proteínas o los hidratos de carbono. De esta manera, se puede llegar a la conclusión de que las proteínas son elementos que hacen desaparecer la sensación de hambre durante más tiempo a diferencia de los lípidos que son los menos influyentes” sostiene un famoso dietólogo.
Múltiples factores para lograr la llenura
Como vemos, existen propiedades especiales de las cuales se jactan ciertos alimentos para ganar en saciedad en relación a otros de diferente clase. Aun así, veremos que este factor no es el único que influye para que el hombre se siente lleno: “existe múltiples factores que influyen en el apetito y, por ende, en potenciar, o no, lo que se llama la saciedad.
Por ejemplo, está comprobado que el estado de ánimo puede afectar directamente a las personas, así como también las costumbres u otras cuestiones psicológicas como la visión que se obtiene de algunos platos” aporta, otro profesional de la salud.
Como vemos, el de saciedad es todo un dilema. Se trata, efectivamente, de una cuestión que, amén de generalidades clásicas, presenta un costado individual marcado por factores relacionados con diversos hábitos y genes de cada persona.
Por lo pronto, lo importante es saber que “sentirse lleno”, a veces puede tener connotaciones positivas (como si la referencia fuera hacia cuestiones espirituales) pero, en otros casos, en los de las dietas, por ejemplo, también puede que no…
