“La enfermedad del cáncer es reversible. Solo tendríamos que revertir las tres características de las células cancerosas: eliminamos la acidez, la hipoxia y aumentamos la temperatura. Se consigue sobre todo a través de la alimentación y del agua, con una dieta antinflamatoria y consumiendo agua alcalina”
Estas palabras son del doctor Alejandro Stevens, que trabaja actualmente como especialista de medicina biorreguladora. El Doctor Stevens tiene un amplio currículum a sus espaldas: empezó como médico cirujano en 1982 en la Universidad de Concepción, después hizo pediatría, neurología infantil y acabó con un magister en Salud Pública y Epidemiología.
Estuvo durante 14 años como neurólogo infantil en el hospital de Chillán, pero su inquietud lo llevó hacia la terapia neural, la medicina biorreguladora y la homotoxicología. En este nuevo camino le ayudó el doctor colombiano Arturo O’Byrne.
Actualmente, atienda a pacientes de todas las edades y patologías en su centro de la Ligua, pero sus mayores logros los ha obtenido con el tratamiento del cáncer.
¿Cómo se trata el cáncer con la medicina biorreguladora?
Desde el 2002, conocemos la biología de las células cancerígenas. Las células tienen tres características básicas: el pH, el consumo de oxígeno y su temperatura. Una célula normal tiene un pH alcalino, consume oxígeno y su temperatura es de 37 grados aproximadamente.
Por el contrario, la célula cancerígena suele vivir en un ambiente más ácido, no consume oxígeno y vive a una temperatura de entre 8 y 10 grados.
Así pues, podríamos concluir que lo que deberíamos hacer, desde un punto de vista biológico, es centrarnos en estas características. Tenemos que:
Convertir en alcalino el ambiente Agregar oxígeno a la célula Aumentar la temperatura hasta los 37 grados
Lo más importante es conseguir mejorar el ambiente acido en el que se mueve la célula, pues es una condición imprescindible para su supervivencia.
La matriz extracelular tiene un papel clave para este proceso, porque el cuerpo divide entre la parte intracelular, la extracelular y la vascular. La célula cancerígena muta para vivir en estas condiciones: acidez, hipoxia y bajas temperaturas.
Actualmente, las principales formas de tratar el cáncer son la cirugía, la quimioterapia y la radioterapia. En un estudio realizado por la OMS, se pudo ver la tasa de éxito de estos tres tratamientos: la cirugía tiene un 50% de éxito, la quimioterapia un 7% y la radioterapia un 8%.
¿Por qué los resultados de los tratamientos son tan bajos?
Si analizamos la quimioterapia y la radioterapia, se puede ver como ambas técnicas aumentan la acidez y la hipoxia y reducen la temperatura. Recuerda que son las tres condiciones que ayudan a vivir a las células cancerosas. Estos tratamientos fuerzan a la célula a volver a mutar para sobrevivir a estas nuevas condiciones. Para la medicina biorreguladora, el cáncer es un simple mecanismo de supervivencia. Si el médico entiende eso, entiende el cáncer.
¿Qué genera acidez?
Los seres humanos somos entes energéticos. Obtenemos el 70% de esa energía por la alimentación, la mitad de la cual es agua. Entonces, deberíamos centrarnos en la alimentación y el agua.
La gran parte de acidez que atraemos a nuestro organismo proviene de la alimentación y la ingesta de agua. El agua debería tener un pH neutro, pero normalmente no es así. Por ese motivo, se promueve el uso de agua alcalina.
La acidez y la mutación de la célula cancerosa
El Doctor Barry Sears pudo comprobar como el proceso inflamatorio hacía engordar a mucha gente. Gracias a este principio, se puede concluir que no debemos consumir esos alimentos inflamatorios, porque aumentamos la acidez con ellos. El 80% de la población tiene intolerancia a la leche y hasta el 75% al gluten.
Nuestra genética proviene de antepasados que vivieron miles y miles de años atrás, pero la producción de la leche y la agricultura son hechos posteriores. Esto es lo que nos provoca inflamación y acidez y, entonces, aparece el cáncer como mecanismo de supervivencia.
Por ese motivo, debemos centrarnos en los alimentos antinflamatorios, para poderlos apartar de nuestra dieta. Debemos evitar la leche y los productos lácteos en general, así como el azúcar, los carbohidratos, las harinas, las carnes rojas, el cedo y cambiar la sal de mesa por marina.
Este simple cambio alimenticio ya puede ayudar a mucha gente con artritis y artrosis. Otro paso sencillo que debemos tomar es el consumo de agua alcalina para reducir la acidez. En Japón se ha probado a distribuir este tipo de agua por su red y han reducido el porcentaje de cáncer gástrico entre la población.
¿Cómo llegan los pacientes hasta la medicina biorreguladora?
Muchos pacientes llegan tras haber descartado las alternativas de la medicina tradicional. Debemos empezar a mirar más en la causalidad de las enfermedades comunes. Todos tenemos un trasfondo genético, pero existe un ambiente. Si este ambiente es el propicio para el desarrollo de una enfermedad, la padeceremos. Si le das las condiciones óptimas a una enfermedad, la genética se expresará.
El Doctor Stevens sigue trabajando y estudiando la medicina desde el punto de vista biorregulador. Recomienda alejarse de la medicina tradicional, pues muchas veces solo agrava el problema. Sin duda, si analizamos bien sus resultados, vale la pena pararse un momento a pensar sobre sus ideas y propuesta. Quizá estamos planteando mal el problema desde un principio.